lunes, 18 de julio de 2016

Freudiano

Las tardes yo ocioso | cuando el día termina
tengo que admitirlo | me gusta escribir
lo que todos saben | dicen las vecinas
que todo se acaba | no hay nada sin fin.

Caída la noche | te espero, mi amada
y escribo otros versos | antes de dormir
no suenan parejos | ni sirven de nada
no puedes sentirlos | ya no estás aquí.

Pero son las líneas | que salen del pene
de este hombre que dejas | sin su otra mitad
todo se termina | no hay cosa perenne
se acaban mis ganas | y se seca el mar.


Cuasi-insectos somos

Como cualquier otra | persona aburrida
armando mil coplas | la tarde pasó
las presas del tic-ti | el porro en la izquierda
¡que si lo sabría! | la vida atrapó

De nuevo ha salido | parece abejorro
buscando candela | va de flor en flor
el faro le alumbra | lo tiñe de rojo
él busca inocentes | faro da calor

Hace rimas | como loco
sin saberlo | como tú
pues ¿qué espera? | queda poco
va camino | a la luz

Cuan-do-de-no-che-le-lla-mas-res-pon-de
sia-la-ma-ña-na-lo-bus-cas-noes-tá
en-sus-a-li-tas-dein-sec-to-tees-con-de
e-sea-be-jo-rroes-un-pin-che-pa-tán

Como cualquier otra | tarde de domingo
tiene que ir a misa | se quiere salvar
apaga su pipa | se sacude el pico
a otras florecitas | su miel quiere echar