lunes, 18 de julio de 2016

Freudiano

Las tardes yo ocioso | cuando el día termina
tengo que admitirlo | me gusta escribir
lo que todos saben | dicen las vecinas
que todo se acaba | no hay nada sin fin.

Caída la noche | te espero, mi amada
y escribo otros versos | antes de dormir
no suenan parejos | ni sirven de nada
no puedes sentirlos | ya no estás aquí.

Pero son las líneas | que salen del pene
de este hombre que dejas | sin su otra mitad
todo se termina | no hay cosa perenne
se acaban mis ganas | y se seca el mar.


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